Arxivar per gener de 2018

Luis García Montero,  A puerta cerrada (Visor Poesía)

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Vigilar un examen

Ser dos ojos
que deben contemplar la triste historia
del joven español que se hace viejo.
Al fondo de la clase,
un murmullo de himnos, canciones y protestas.

Miro en aquel pupitre
a ese niño que fui. Estaban las preguntas 
en un folio marcado con yugos y sotanas.
De memoria sabía
rezar, callar, decir que sí, perdón,
no me lo tome en cuenta.

Me veo adolescente. El muchacho de al lado
aprendió sus lecciones. Yo procuro copiarme
para correr y luego
imaginar los ríos de montaña,
el agua pura
hasta donde no llegan las mentiras,
ni el privilegio impune,
ni la pobreza calculada
como una enfermedad de la nación.

En la última fila
rebusca en su libreta el joven descarado
que ya no tiene miedo,
que no soporta el gris,
que no piensa perder porque desprecia
las mentiras ocultas en las buenas palabras
y en los malos silencios.

Vigilar un examen
sobre historia de España. Ser dos ojos
de persona mayor
doctorada en antiguas esperanzas
que una vez más observa
la fatuidad, la corrupción, la falta
de pudor en los jefes de la tribu.

Nada me cansa más
que corregir exámenes. Ver cómo pasa el tiempo,
envejecer, sentirse tachadura
sobre papeles amarillos,
víctima y responsable
de un amargo suspenso general.

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Espías contra Franco y el nazismo

Almudena Grandes, Los pacientes del doctor García (Tusquets)

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  «El último domingo de marzo de 1947 fui al encuentro de una mujer que conocía mi verdadera identidad. Amparo sabía que yo no me llamaba Rafael Cuesta Sánchez, sino Guillermo García Medina. Y que era médico, aunque no tuviera título oficial y trabajara en una agencia de transportes.

    Lo que ignoraba era que había ido a buscarla para ayudar a Manuel Arroyo Benítez, un amigo mío que había suplantado la identidad de Adrián Gallado Ortega para infiltrarse en una organización de prófugos nazis y emigrar a la Argentina como uno de ellos.

    Mientras tanto, el verdadero Adrián Gallardo mendigaba en Berlín, y cuando le paraba una patrulla, enseñaba la documentación de un hombre llamado Alfonso Navarro López.

    Mi historia es la historia de tres impostores.»

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Els monstres simpàtics d’Anna Maria Villalonga

Anna Maria Villalonga, Contes per a les nits de lluna plena (Edicions Apostroph)

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«Ser qui soc en ple segle XXI és un autèntic problema. Tot juga en contra meu. Podria posar-vos tants exemples que no acabaria mai. Un d’ells: el soroll. Sempre hi ha tant de soroll, que ningú no para atenció a les meves cadenes, les mateixes que segles enrere, en els temps foscos de la superstició i l’alquímia, terroritzaven el més pintat.»

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