Leonardo Padura, La transparencia del tiempo,
Tusquets, Barcelona: 2018.
La convicción de que la escritura apenas resulta la posibilidad de construir a otros a partir de lo que tú has sido y eres te había servido para intentar distanciarte de ti mismo, verte desde una perspectiva que resultó ser reveladora, amable y dolorosa a un tiempo. Porque tu dudosa capacidad imaginativa está determinada por una experiencia vital, libresca reducida y, sobre todo, recurrentemente propia y, por lo mismo, contaminada. Por ello, al tiempo que avanzabas, amontonabas folios, leías, copiabas datos, habías ido percibiendo ese clarificador alejamiento, porque ibas convirtiéndote en otro, liberándote de ti mismo y de alguna manera completándote en esos otros. Ganando libertad. ¿Eso es escribir? ¿Transmutarte en otro? ¿Renunciar a ti mismo en favor de lo creado? ¿Tratar de recomponer lo que no tiene la posibilidad de la restauración? ¿Manipular el torpe espectáculo de la vida vivida, sin dueño previo posible, y transformarla en una creación más benévola y lógica, de alguna forma menos humana y por eso mismo más satisfactoria? ¿Jugar a ser libre? ¿Incluso ser libre?